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Linz [ˈlɪnt͡s] es una ciudad ubicada en el noreste de Austria y atravesada por el río Danubio. Es la capital del estado de la Alta Austria (Oberösterreich) y la tercera más poblada del país, tras Viena y Graz.[1] Cuenta con 204.846 habitantes (enero de 2018)[2] y un área metropolitana de aproximadamente 790.000.[3]
En 2009 Linz fue elegida como la Capital Europea de la Cultura. Desde diciembre de 2014, Linz ha sido miembro de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO (UCCN) como una Ciudad de las Artes Mediáticas. Las ciudades reciben este título para enriquecer el estilo de vida urbano a través del patrocinio y la integración exitosa del arte mediático y la participación de la sociedad en estas formas de arte electrónico.
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La sal común o sal de mesa, conocida popularmente como sal, es un tipo de sal denominada cloruro sódico (o cloruro de sodio), cuya fórmula química es NaCl. Existen tres tipos de sal común, según su procedencia: la sal marina y la de manantial, que se obtienen por evaporación; la sal gema, que procede de la extracción minera de una roca mineral denominada halita, y la sal vegetal, que se obtiene por concentración, al hervir una planta gramínea (método también utilizado para la obtención de azúcar a partir de otra planta gramínea) que crece en el desierto de Kalahari.[1]
La sal proporciona a los alimentos uno de los sabores básicos, el salado,[2] que es posible percibir debido a que la lengua tiene receptores específicos para su detección. El consumo de la sal modifica el comportamiento frente a los alimentos, ya que es un generador del apetito y estimula su ingesta.[3][4]
Se emplea fundamentalmente en dos áreas: como condimento de algunos platos y como conservante en los salazones de carnes y pescado (incluso de algunas verduras), así como en la elaboración de ciertos encurtidos.[5]
Desde el siglo XIX, el uso industrial de la sal se ha diversificado e interviene en multitud de procesos, como por ejemplo en la industria del papel (hidróxido de sodio -NaOH-), la elaboración de cosméticos, la industria química, etcétera. En el siglo XXI, la producción mundial de sal total destinada a consumo humano no alcanza el 25 por ciento de la producción total.[6]
La sal es la única roca que es comestible para el ser humano, y es posiblemente el condimento más antiguo.