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Koror | |
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Koror es el estado más grande de Palaos. Consiste en varias islas, siendo la más importante la isla de Koror (llamada isla Oreor) donde reside la mayor parte de la población. El estado tiene una extensión de 18 km² y una población de 12.676 personas en el 2005, que representan alrededor del 65% de la población del país.[2]
La capital del estado es la ciudad de Koror y es la ciudad más poblada del país. Tiene una población de 11.200 personas y fue la capital del país hasta agosto de 2006, cuando fue reemplazada por la ciudad de Ngerulmud.
El estado se divide administrativamente en trece aldeas:[3]
Madalai (2.207 hab.),
Ngerchemai (1.871 hab.),
Ngerbeched (1.534 hab.),
Ngermid (1.196 hab.),
Meyuns (1.153 hab.),
Iebukel (1.065 hab.),
Ngerkesoaol (933 hab.
Łódź | |
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Lodz (en polaco, Łódź; [ˈwut͡ɕ] ( escuchar)) es la capital del voivodato homónimo y la tercera ciudad más poblada de Polonia, con 687 702 habitantes (2018).[2] Está situada en el centro del país, 121 km al suroeste de Varsovia.[3] El escudo de la ciudad es un ejemplo de armas parlantes, ya que representa un barco (łódź), que alude al nombre de la ciudad.
Lodz fue una vez un pequeño asentamiento que apareció por primera vez en registros escritos alrededor de 1332. A principios del siglo XV se le concedieron los derechos de ciudad, pero seguía siendo una ciudad modesta. Fue propiedad de obispos y clérigos kuyavianos hasta finales del siglo XVIII, cuando Prusia anexó Lodz como resultado de la segunda partición de Polonia. Tras el colapso del ducado independiente de Varsovia, la ciudad se convirtió en parte del Congreso de Polonia, un estado cliente del Imperio ruso. Fue entonces cuando Lodz experimentó un rápido crecimiento en la industria textil y en la población debido a la afluencia de migrantes, sobre todo alemanes y judíos. Desde la industrialización del área, la ciudad ha luchado con muchas dificultades, como el multinacionalismo y la desigualdad social, que se documentaron vívidamente en la novela La tierra prometida escrita por el autor polaco ganador del Premio Nobel Władysław Reymont. Los contrastes se reflejaron en gran medida en la arquitectura de la ciudad, donde coexistían lujosas mansiones con fábricas de ladrillos y antiguas casas de vecindad.[4]
Después de que Polonia recuperó su independencia en 1918, Lodz se convirtió en una de las ciudades más grandes de Polonia y en uno de los centros más multiculturales e industriales de Europa.